Un telescopio chileno fue clave para que científicos descubrieran el agujero negro más cercano a la Tierra, un hallazgo que puede ser la "punta del iceberg" para encontrar muchos más. En una noche despejada, el agujero negro y sus dos estrellas vecinas pueden ser observados a simple vista.
Los agujeros negros son, sin duda, uno de los misterios más grandes que el universo todavía plantea a la humanidad. Por eso puede ser tan sorprendente descubrir que los tenemos bastante más cerca de lo que suponemos.
En efecto, un grupo de astrónomos del Observatorio Europeo Austral (ESO, por sus siglas en inglés) logró identificar un agujero negro hasta ahora desconocido a tan solo 1.000 años luz de la Tierra. Si bien puede parecer una distancia considerable, se trata del agujero negro más cerca de nuestro planeta hasta ahora.
Como muchos de los grandes descubrimientos, este agujero negro fue detectado por los astrónomos mientras intentaban observar otra cosa: el sistema de doble estrella HR 6819. El equipo de astrónomos las observaba desde el Telescopio MPG/ESO de 2,2 metros ubicado en el Observatorio La Silla, a 600 kilómetros al norte de Santiago de Chile, cuando encontraron que había algo más que dos estrellas que orbitaban en forma conjunta.
Las dos estrellas no se comportaban como un sistema clásico de doble estrella (en que dos estrellas orbitan mutuamente alrededor de un cuerpo de masa) sino que una de ellas en realidad orbitaba alrededor de un "objeto invisible", completando la órbita cada 40 días.
Tras la publicación del hallazgo en la revista Astronomy & Astrophysics, el astrónomo alemán Thomas Rivinius, que trabajó en el proyecto desde Chile, explicó en un comunicado de ESO que la existencia y el tamaño del agujero negro pudo ser inferida a partir de la órbita de la estrella que gira alrededor.