




- Piden una Ley Integral por los Derechos de las Personas Mayores y una Convención Internacional de la ONU para este grupo de edad
- “Muchísimas personas han comenzado a sentir soledad no deseada”, alerta Elisa Sala, del Observatorio de la Soledad de Amigos de los Mayores
- La problemática en las residencias muestra las costuras del modelo de Atención a la Dependencia, que requiere de cambios o reformas importantes
¿Qué tiene que ver una persona de más de 65 años con una de 85? Probablemente tienen pocas cosas en común, pero ambas son consideradas personas mayores. La sociedad dibuja sobre ellas dos ideas preconcebidas y dañinas: todos los mayores son igualmente vulnerables por lo que necesitan de nuestra protección y/o son personas menos válidas solo por su edad avanzada. Se trata de una discriminación en toda regla, más silenciada que otras en la actualidad, y que se conoce como 'edadismo'. Por cierto, un término que la RAE no incluye en su diccionario.
El 'edadismo' o discriminación por edad ya era un problema instalado en nuestra sociedad pero ha mostrado su rostro más cruel durante la pandemia. “La crisis provocada por la covid-19 ha tenido un impacto desproporcionado sobre las personas mayores y ha evidenciado una profunda crisis estructural en el sistema de cuidados de larga duración y en las residencias, así como una falta de respuestas adecuadas a sus necesidades y derechos por parte de los poderes públicos”, considera la Mesa Estatal por los Derechos de las Personas Mayores.
Esta plataforma ha puesto en marcha una campaña este 1 de octubre, el 30 aniversario del Día Internacional de las Personas de Edad. Son contundentes al denunciar que “se otorga menos valor social a la vida de las personas mayores, como si fueran sacrificables”. Por eso, piden que se cree una Convención Internacional de la ONU por sus derechos, como existe con la infancia y las mujeres, y que en España se adopte una Ley integral que abarque los problemas y necesidades de los mayores.
“No hay una ley que diga que es intolerable discriminar por edad”, manifiesta para justificar la necesidad de esta medida legislativa Raúl Vaca Bermejo, psicogerontólo y vocal de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), entidad que forma parte de esta Mesa Estatal. Y durante esta pandemia, “la sociedad en general no hemos estado pendientes de este problema de aquellas personas mayores en situaciones más desfavorecidas”, lamenta Joaquín Pérez Gil-Delgado, responsable del Área de Personas Mayores de Cruz Roja y miembro de dicha plataforma.
Una nueva normalidad que deja de lado a los mayores
Dos tercios de las muertes que han tenido lugar durante la pandemia en España, a día de hoy más de 20.000 decesos, han tenido lugar en las residencias de mayores. Por un lado, este gigantesco drama parece mitigado por la edad de las víctimas, lo cual nos muestra la envergadura del problema. “Se ha quitado muchísimo valor a que los muertos de la pandemia fuesen mayores”, lamenta Elisa Sala, coordinadora del Observatorio de la Soledad de Amigos de los Mayores.
Por otro, se ha proyectado una idea de los mayores como un grupo vulnerable y enfermizo, cuando la realidad de este amplio colectivo es muy diversa. “Hay personas vulnerables (ante la covid-19), pero no por su edad cronológica sino por su estado de salud, por tener patologías previas etc.", explica Raúl Vaca. “Cuando se dan esos mensajes de que todos son vulnerables, al final se interioriza esa idea de que ya no vales, dejas de hacer cosas, tienes más ansiedad, te deprimes... Si no se tienen en cuenta las diferencias individuales de las personas en el mensaje que se traslada, se están vulnerando sus derechos”, explica este psicogerontólogo.
La discriminación hacia los mayores van desde el mensaje hasta las medidas de las autoridades y de la sociedad para el regreso a la normalidad. “Hemos planteado una vuelta al colegio o la oficina, ¿pero alguien ha pensado en los mayores?”, nos introduce Elisa Sala. Al miedo que se ha alimentado con su imagen de extrema vulnerabilidad ante la covid-19, se le suma la cancelación de las actividades en sus barrios y el cierre de los centros de mayores, muchos clausurados a día de hoy. “No se ha mencionado que había mayores con una vida activa y participativa en sus barrios y en sus territorios cuyas actividades han sido canceladas. Tampoco se ha realizado ninguna estrategia para que puedan desarrollar estas actividades. Muchísimas personas han empezado a sentir soledad no deseada”, prosigue Sala.
Soledad no deseada: mayores solos y aislados
No es una prioridad garantizar la seguridad para que los mayores puedan volver a realizar actividades en sus barrios y a relacionarse con el entorno, a pesar de la importancia de estas actividades para combatir la soledad no deseada. Como indica Elisa Sala, la soledad no deseada no es una cuestión de gente “extraña” sino un problema social que afecta especialmente a los mayores a causa del “edadismo”. En España cerca de 2 millones de personas viven solas, según el INE (2018), de ellas 850.000 tienen más de 80 años y el 78% son mujeres. Según el CIS-Imserso seis de cada diez personas que viven solas reconocen sentir soledad. Y el fenómeno causa un profundo impacto en la salud psíquica y física de las personas.